Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María de Bonilla el 25 de noviembre de 2024:
Amados hijos, reciban Mi amor, Mis bendiciones, Mi misericordia… ¡recíbanme! Mis amados hijos, los llamo a dejar atrás lo mundano, todo aquello que los distrae y los aleja de Mí. Los llamo a dejar atrás el orgullo y la desobediencia a mis llamados. ¡Hijos míos, deben convertirse! Busquen la conversión interior. Dejen atrás todo aquello que los detiene en su caminar espiritual, que los arrastra como cadenas que se aferran a ustedes, sin que mediten en que vivirán su verdadera vida Conmigo en Mi Casa. Deben salvar su alma. [ 1 ]Se entiende en este contexto que sólo Jesús salva, pero la persona humana debe cooperar con su libre voluntad.Hijos míos, cada día sois menos conscientes. Os aferráis cada vez más al mundo en busca de una verdad que no encontraréis en la Tierra. La encontraréis uniéndoos en cada momento a Mí, asemejándoos cada día más a Mí en vuestro actuar cotidiano.
Hijos míos, el Anticristo no está lejos de vosotros. Está muy cerca de implantar su yugo opresor sobre toda la humanidad. Vosotros lo sabéis y no prestáis atención. Os negáis a cambiar porque no sois humildes, sino soberbios. ¿Y a dónde ha llevado el orgullo a Lucifer? (Cf. Ap 12, 7-9). Conviértanse en personas de bien, personas que con su testimonio puedan ayudar a sus hermanos cuando estén espiritualmente vacíos. Conviértanse. Dejen de lado el rencor y la envidia, de lo contrario no podrán crecer espiritualmente. Entréguenme sus problemas. (Mt 11, 28-30) y yo os daré mi protección; dejadlos en mi cuidado con fe.
Amados hijos, os envío a Mi Ángel de Paz, el que con amor superior levantará a los caídos, proveerá a los hambrientos espirituales y materiales y sanará corazones de piedra, si así lo desean. Mi amado Ángel de Paz tiene un nombre, no es Elías ni Enoc. Debéis esperar para reconocerlo, debéis esperar a que Yo lo entregue en manos seguras para que permanezca entre vosotros. Mis amados hijos, entended: “el que tenga oídos, que oiga”. (Mt 13: 9-16):este momento en el que vivís es único para esta generación. Debéis orar, y además de orar y convertiros para que salvéis vuestras almas. [ 2 ]Véase la nota al pie de página anterior (cf. Mt 10), debéis ser seres humanos que permanezcáis espiritualmente preparados. Manteneos firmes en la fe. La humanidad pasará por el crisol. Los elementos seguirán azotando a Mis hijos.
Ha llegado el tiempo que algunos deseaban que llegase, pero luego se arrepentirán. Ha llegado el tiempo en que esta generación sabrá hasta dónde llega su fe. Tantos de Mis hijos se preparan con velas benditas pero no se preguntan: ¿cómo está mi alma? Siguen con la arrogancia que los caracteriza. ¿Cómo podrán recibir ayuda de Mi Casa si no la quieren?
Hijos, el tiempo del temor se acerca para mis hijos, para los que creen y para los que no creen. Se acerca la incertidumbre, el hambre, la oscuridad, la guerra que está matando a personas inocentes por la necedad de los gobernantes. Un solo mal paso dado por alguien, y la respuesta será fatal para la humanidad. El hombre se ha olvidado de Mí. Actúa en su propio interés sin mirar las consecuencias. La humanidad verá con sus propios ojos de lo que es capaz el ser humano cuando sus intereses se ven amenazados y de lo que es capaz la ciencia mal utilizada.
Orad a Mi Madre, rezad el Santo Rosario por la paz en el corazón de cada persona.
Oremos para que seáis convertidos, firmes y resueltos.
Orad por los momentos que afrontaréis en el tiempo, y por aquellos que no podrán resistirlos.
Orad contra la oscuridad que Mis hijos guardan en sus corazones y en sus mentes perturbadas por el orgullo o la envidia.
Orad, hijos Míos, por aquellos a quienes les di una misión y la han rechazado.
Mis amados hijos, orad por las calamidades que estáis enfrentando y enfrentaréis.
No es tiempo de fiestas ni de celebraciones. Es tiempo de pensar y tomar la decisión de dejar atrás al “viejo”, lleno de harapos y de terquedad. Convertirse en un ser humano con ropa limpia, con la firme decisión de salvar su alma. [ 3 ]ver nota al pie anterior. Preparaos espiritualmente. Debo deciros que es necesario que os preparéis materialmente con lo que podáis. Dejadme el resto a mí. Así como viviréis momentos muy difíciles, ¡veréis milagros! Jesús respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ya lo conocéis y lo habéis visto”. (Juan 14:6-7)Os amo con Amor Eterno. Sois mis hijos y nunca os abandonaré.
Te amo,
Tu Jesús
Dios te salve María, pura, concebida sin pecado
Dios te salve María, pura, concebida sin pecado
Dios te salve María, pura, concebida sin pecado
Comentario de Luz de María
Hermanos y hermanas, al recibir la bendición de nuestro Señor, estamos agradecidos por ella y estamos dispuestos a dar gracias por esta bendición. Hermanos, debemos ser conscientes de que lo que sucede en los países que están en guerra no se quedará allí, sino que involucrará al mundo. Cada paso hacia la guerra es un paso hacia todos los países. De una manera u otra, toda la humanidad sufrirá porque Nuestro Señor Jesucristo no permitirá que el hombre destruya la Creación, la obra de Dios. Se nos ha anunciado en repetidas ocasiones un cataclismo para la Tierra. Se nos ha anunciado una guerra que impedirá el abastecimiento de las necesidades básicas, provocando una hambruna que es cruel.
Tengamos presentes estos mensajes que dicen:
LA BENDITA VIRGEN MARIA
2.8.2018
Hijos, vosotros no pensáis en una Tercera Guerra Mundial porque veis una aparente paz. La Tercera Guerra Mundial empezó hace mucho tiempo y avanza sigilosa, de un lado a otro, encendiendo a los hombres, avivando las llamas de la guerra.
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
10.22.2014
La guerra llegará a la humanidad en un instante, sin que nadie la espere. Se firman falsos tratados de paz y la humanidad piensa que la guerra no estallará. ¡Cuán equivocados estáis, hijos Míos, cuán equivocados estáis!
Hermanos y hermanas, tengamos presente que algunas guerras han sido detenidas por los pueblos que han orado e implorado para que se detuvieran, y en otras ocasiones, la guerra ha sido minimizada. Si hay un momento en el que nosotros, como creyentes y como católicos, debemos orar, es ahora. Recordemos que las enfermedades resurgirán y pondrán a la humanidad en vilo. Dios es Todopoderoso, Omnipresente y Todopoderoso, y para Él nada es imposible. Nosotros, como Sus hijos, debemos pedir, reconociéndonos pecadores, y pedir con fe la protección de Nuestra Santísima Madre. Somos un pueblo que camina, un pueblo de vivos, no de muertos. Sigamos firmes en la fe, porque Dios no abandona a Su pueblo.
Amén.