Apenas hemos comenzado las pruebas de esta Tormenta que ciertamente “hará sacudir la fe de muchos”. Necesitamos implorar al Espíritu Santo que nos ayude a estar “vendidos” por Jesús, a elevar nuestros ojos por encima de este plano temporal y pasajero hacia el Reino de los Cielos. Necesitamos sacudirnos rápidamente de la apatía y la cobardía y despertar del sueño de la comodidad y el materialismo. Necesitamos volver a la confesión, emprender el ayuno y la oración diaria. Necesitamos tomar en serio nuestra vida espiritual… porque los tibios están a punto de ser escupidos.
Leer Testigos en la noche de nuestra fe por Mark Mallett en La palabra ahora.