Ángela - Te ruego que te conviertas

Nuestra Señora de Zaro a Angela el 8 de enero de 2022:

Esta tarde apareció la Madre toda vestida de blanco. Estaba envuelta en un gran manto blanco que también cubría su cabeza. Sobre su pecho un corazón de carne coronado de espinas, sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Tenía los brazos abiertos en señal de bienvenida; en su mano derecha un largo rosario blanco, como de luz, que le llegaba casi hasta los pies. Sus pies estaban descalzos y colocados sobre el mundo. En el mundo estaba el dragón (una gran serpiente con apariencia de dragón) que la Madre sostenía firmemente con su pie derecho. Estaba sacudiendo la cola con fuerza, pero no podía moverse. Sea alabado Jesucristo. 

Queridos hijos, gracias por haber respondido a este llamado mío corriendo hacia mis bosques benditos. Amados hijos, los amo, los amo inmensamente, pero ¡ay!, ustedes no me tienen el mismo amor. Hijitos, hace mucho tiempo que estoy entre vosotros, hace mucho tiempo que os pido que viváis estos mensajes míos; Durante mucho tiempo les he estado pidiendo que oren, pero no todos ustedes están escuchando. Hijitos, una vez más os pido no sólo que escuchéis los mensajes que os doy sino que los viváis. Amados hijos, esta noche nuevamente les pido que oren mucho por mi amada Iglesia: oren hijos, porque le esperan tiempos difíciles, tiempos de prueba y de dolor. Hijitos, si os digo esto es para prepararos y para arrepentiros; Les ruego que se conviertan, cambien, antes de que sea demasiado tarde. Amados hijos, orad para que el verdadero Magisterio de la Iglesia no se pierda; orad y doblad vuestras rodillas. Orad ante el Santísimo Sacramento del Altar: ahí está mi Hijo, vivo y verdadero. Orad, no busquéis a Dios en otra parte: Él está allí, os lo digo cada vez, pero vosotros le buscáis en los gozos y en las falsas bellezas de este mundo. ¡Por favor, hijitos, escúchenme!

Entonces Madre me mostró la Basílica de San Pedro en Roma. Por dentro estaba vacío, vacío de todo. En el centro de la iglesia había un gran crucifijo de madera oscura, pero sin el cuerpo de Jesús. Madre dijo, “Oremos juntos”. Oramos durante mucho tiempo, luego la cruz se iluminó (volviéndose como una cruz de luz). Entonces mamá empezó a hablar de nuevo.

Hijos, oren, oren, oren.

En conclusión, bendijo a todos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Versión para imprimir, PDF y correo electrónico
Publicado en Mensajes, Simona y angela.