

Hijos míos, gracias por estar aquí en oración y por haber escuchado mi llamado en sus corazones. Amados hijos, gracias por hacerme escuchar las oraciones de los niños que son tan queridos para mi corazón: son almas inocentes y son mis hijos, abiertos en sus corazones. Queridos hijos, nunca tengan miedo, incluso si el futuro no será fácil, los protegeré y les daré la fuerza para seguir enamorados de mi Hijo. Hija mía, experimentarás los peores momentos que la humanidad haya experimentado, por lo tanto, confía en la oración del Santo Rosario y en el Evangelio, y nada te sucederá * si crees en Jesús, quien es el camino, la verdad y la vida. Ore por la confusión que existe dentro de la Iglesia y en la política. Hoy muchas gracias descenderán sobre ti. Ahora los dejo con la bendición de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amén.
* en un sentido espiritual y eterno. [Nota del traductor]