LLORAR, ¡Oh hijos de los hombres!
Llora por todo lo que es bueno, verdadero y hermoso.
Llora por todo lo que debe bajar a la tumba
Tus iconos y cánticos, tus paredes y campanarios.
¡Llorad, hijos de los hombres!
Por todo lo que es bueno, verdadero y hermoso.
Llora por todo lo que debe bajar al Sepulcro
Tus enseñanzas y verdades, tu sal y tu luz.
¡Llorad, hijos de los hombres!
Por todo lo que es bueno, verdadero y hermoso.
Llora por todos los que deben entrar en la noche
Tus sacerdotes y obispos, tus papas y príncipes.
¡Llorad, hijos de los hombres!
Por todo lo que es bueno, verdadero y hermoso.
Llora por todos los que deben entrar al juicio
La prueba de la fe, el fuego purificador.
… ¡Pero no llores para siempre!
Porque llegará el amanecer, la luz conquistará, saldrá un nuevo sol.
Y todo lo que fue bueno, verdadero y hermoso
Respirará nuevo y se le dará a los hijos nuevamente.
—Mark Mallet