Luisa – El Rocío de la Divina Voluntad

¿Alguna vez te has preguntado de qué sirve orar y “vivir en la Divina Voluntad”?[ 1 ]cf. Cómo vivir en la Divina Voluntad ¿Cómo afecta a los demás, en todo caso?

Servidor de Dios Luisa Piccarreta se preguntó esto ella misma. Oró fielmente “en la Divina Voluntad”, ofreciendo a Dios su “te amo”, “gracias” y “te bendigo” sobre todas las cosas creadas. Jesús afirmó que “todos los actos hechos en mi Voluntad se difunden sobre todos, y todos toman parte en ellos” [ 2 ]Noviembre 22, 1925, 18 volumen de esta manera:

Mira, cuando de madrugada decías: 'Que mi mente suba en la Suprema Voluntad, para cubrir con tu Voluntad todas las inteligencias de las criaturas, para que todas suban en Ella; y en nombre de todos te doy la adoración, el amor, la sumisión de todas las inteligencias creadas...'- mientras decías esto, un rocío celestial se derramó sobre todas las criaturas, cubriéndolas, para traer a todos la retribución de tu acto. . ¡Oh! cuán hermoso era ver a todas las criaturas cubiertas por este rocío celestial que formó mi Voluntad, simbolizado por el rocío de la noche que se encuentra en la mañana sobre todas las plantas, para embellecerlas, fecundarlas y prevenir las que están por venir. marchitarse por secarse. Con su toque celestial, parece poner un toque de vida para hacerlos vegetar. ¡Qué encantador es el rocío al amanecer! Pero mucho más encantador y hermoso es el rocío de los actos que el alma forma en mi Querer. —Noviembre 22, 1925, 18 volumen

Pero Luisa respondió:

Sin embargo, Amor Mío y Vida mía, con todo este rocío, las criaturas no cambian.

Y Jesús:

Si el rocío de la noche hace tanto bien a las plantas, a no ser que caiga sobre madera seca, cortada de las plantas, o sobre cosas que no contienen vida, que, aunque queden cubiertas de rocío y algo embellecidas, el rocío es como aunque muerta para ellos, y a medida que sale el sol, poco a poco se la retira, mucho más bien hace el rocío que mi Querer hace descender sobre las almas, a no ser que estén completamente muertas a la gracia. Y sin embargo, por la virtud vivificante que posee, aunque estén muertos, trata de infundirles un soplo de vida. Pero todos los demás, unos más, unos menos, según sus disposiciones, sienten los efectos de este rocío benéfico.

¿Quién puede comprender las mil maneras en que nuestra oración en la Divina Voluntad puede disponer un corazón para la gracia a través de un recuerdo, una mirada, el calor del sol, la sonrisa de un extraño, la risita de un bebé... corazón a la verdad trascendente del momento presente, donde Jesús espera, clamando abrazar el alma?[ 3 ]“Las llamas de la misericordia me están quemando, clamando ser gastadas; quiero seguir derramándolos sobre las almas; las almas simplemente no quieren creer en Mi bondad.” (Jesús a Santa Faustina, Divina Misericordia en mi alma, Diario, n. 177)

Y así, queridos hermanos y hermanas (especialmente ustedes que recién se están mojando los pies con el rocío de “vivir en la Divina Voluntad”), no te desanimes cuando estés rezando estos actos de amor y adoración en respuesta al amor de Dios expresado en la fiat de la Creación, Redención y Santificación. No se trata de lo que sentimos sino de lo que hacemos en fe, confiando en Su Palabra. Jesús nos asegura tanto a Luisa como a nosotros que lo que hacemos en la Divina Voluntad no es en vano sino que tiene ramificaciones cósmicas.

In salmo de hoy, dice:

Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre por los siglos de los siglos. Grande es el Señor y muy digno de alabanza; Su grandeza es inescrutable… Que todas tus obras te den gracias, oh SEÑOR, y que tus fieles te bendigan. (Salmo 145:XNUMX)

Por supuesto, no todas las obras de Dios, es decir, nosotros los humanos que estamos hechos “a su imagen”, le damos gracias y alabanza. Sin embargo, quien vive y ora “en la Divina Voluntad” ofrece a la Santísima Trinidad la adoración, la bendición y el amor que le son debidos de parte de todos, por todos. A cambio, toda la creación recibe la rocío de la gracia —dispuesto o no a ella— y la creación se acerca cada vez más a la perfección por la que gime. 

A los seres humanos, Dios les da incluso el poder de compartir libremente su providencia, encomendándoles la responsabilidad de “sojuzgar” la tierra y tener dominio sobre ella. Dios capacita así a los hombres para que sean causas inteligentes y libres para completar la obra de la creación, para perfeccionar su armonía para el bien propio y del prójimo. -Catecismo de la Iglesia Católica, 307; cf. Creación renacida

No os desaniméis, pues, si no comprendéis cabalmente la ciencia de la Divina Voluntad.[ 4 ]Jesús describe sus enseñanzas como “la Ciencia de las ciencias, que es mi Voluntad, una ciencia toda del Cielo”, Noviembre 12, 1925, 18 volumen No dejes que tu mañana (Preventivo) La oración se convierte en rutina; no creas que tú, pequeño e insignificante a los ojos del mundo, no estás teniendo impacto. Marca esta pagina; relee las palabras de Jesús; y perseverar en este Regalo hasta que se convierta en un verdadero acto de amor, bendición y adoración; hasta que te deleitas en ver todo como tu propia posesión[ 5 ]Jesús: “…uno debe mirar todas las cosas como propias, y tener todo el cuidado por ellas.” (22 de noviembre de 1925, 18 volumen) para devolverlo a Dios con alabanza y acción de gracias.[ 6 ]“Por medio de Él, entonces, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesan Su nombre.” (Hebreos 13: 15) Porque Él te asegura... tú en impactando toda la creación. 

 

—Mark Mallett es un ex periodista de CTV Edmonton, el autor de La confrontación final y La palabra ahora, y co-fundador de Countdown to the Kingdom

 

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Notas a pie de página

Notas a pie de página

1 cf. Cómo vivir en la Divina Voluntad
2 Noviembre 22, 1925, 18 volumen
3 “Las llamas de la misericordia me están quemando, clamando ser gastadas; quiero seguir derramándolos sobre las almas; las almas simplemente no quieren creer en Mi bondad.” (Jesús a Santa Faustina, Divina Misericordia en mi alma, Diario, n. 177)
4 Jesús describe sus enseñanzas como “la Ciencia de las ciencias, que es mi Voluntad, una ciencia toda del Cielo”, Noviembre 12, 1925, 18 volumen
5 Jesús: “…uno debe mirar todas las cosas como propias, y tener todo el cuidado por ellas.” (22 de noviembre de 1925, 18 volumen)
6 “Por medio de Él, entonces, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesan Su nombre.” (Hebreos 13: 15)
Publicado en Luisa Piccarreta, Mensajes, Escritura.