Luz – El dinero te hace grande en la Tierra…

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Luz de María de Bonilla el 9 de agosto de 2024:

Mis amados hijos, reciban Mi bendición. Mi Sagrado Corazón os ama y os espera con amor eterno. Hijitos, cada nuevo amanecer es para ustedes una nueva oportunidad de corregir la dirección en la que van. Vosotros sois Mis hijos y seguís sin reconocerlo; Soy un rey cuyo reino usurpais y seguís usurpando lo que me pertenece. Habéis observado el peligro en que vive la humanidad en toda la tierra; No hay lugar seguro en este momento de confusión espiritual.[ 1 ]Lea sobre la gran confusión:, de redes sociales[ 2 ]Conflictos sociales:, agitación educativa, moral y civil en las naciones. Los países están contaminados por guerras civiles. La mayoría de los países entrarán en esta contaminación.

Amados hijos, escasez de alimentos.[ 3 ]Hambre: se acercan a pasos agigantados, así como la crisis de la economía mundial.[ 4 ]El colapso de la economía: Sabéis que cuando entran en pánico económico, los seres humanos olvidan los Mandamientos y todos luchan por su supervivencia. La economía sufrirá el colapso que les he anunciado, dejando a Mis hijos en la pobreza económica. Ha pasado el tiempo y usted se enfrenta a graves crisis. El agua seguirá siendo un azote para el hombre, como lo fue en el pasado con el Gran Diluvio, sólo que en este momento este azote va de país en país, dejando dolor a su paso, tratando de lavar el pecado que Mis hijos han dejado caer sobre la tierra.

Mis amados hijos, un gran peligro acecha a la humanidad, tan grande que todos los seres humanos de todas las creencias recordarán que “Yo Soy el que Soy”. (cf. Jn. 8:58; Éxo. 3:14). Entraréis en la gran oscuridad que os he anunciado ante la lucha por el poder. Esté preparado: no podrá comunicarse. Los llamo a mantener impresos los libros que utilizan para la oración. No desesperen, hijos Míos, la luz de Mi Espíritu Santo, la luz del Inmaculado Corazón de Mi Madre los iluminará y los inocentes no perderán la luz que llevan en sus almas.

Oren, hijos Míos, oren con sus corazones. Orad y adoradme. Necesito criaturas que Me adoren en espíritu y en verdad. Asiste a la celebración de la Eucaristía. Sed conscientes de que necesitáis recibirme en la Eucaristía de la que emanaré con fuerza para nutriros. ¡Cuánta gente vive en el vacío espiritual y el diablo los pone en contra de los Míos! Aún no comprendéis que sin aceptarme plenamente, sin una verdadera conversión, no alcanzaréis la vida eterna. Los puestos en grandes instituciones no te dan vida eterna. La inteligencia no es inteligencia sin conversión y no os dará vida eterna. El dinero te hace grande en la tierra, pero no te dará la vida eterna.

Quien no limpia el ojo del corazón (cf. Mt 6, 22-23) no alcanzará la vida eterna, ya que la estabilidad conduce a lo eterno; y quien va de una creencia a otra, saltando de un lugar a otro, carece de fe. Quien mira a sus semejantes y los considera pequeños en la fe porque no logran expresarse y pensar con elocuencia, se sorprenderá de la sabiduría que Mi Espíritu Santo infunde en aquellos de Mis hijos que verdaderamente se entregan a Mí.

“Venid a mí todos los que estáis cansados ​​y agobiados y yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mt 11: 28-30).

Os amo, hijos Míos, con amor eterno.

Tu jesus

 

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

 

Comentario de Luz de María

Hermanos y hermanas, Nuestro amado Señor Jesucristo es la luz que va delante de nosotros, iluminando las tinieblas más intensas. Nuestro Señor nos llama y depende de cada uno de nosotros seguirlo o no. Quizás se desee alcanzar la grandeza sin obedecer el llamado de Dios, pero no se sigue a Nuestro Señor de esta manera, sino a través de la humildad. Es necesario reconocer la propia debilidad para que el Santo Divino Espíritu nos dé la claridad que necesitamos y para que, unido a Él, comparta con nosotros la certeza y la caridad de comprender y compartir la Palabra Divina. No crecemos sólo con la razón, sino que a través de la humildad alcanzamos la claridad y pasamos de la claridad a la caridad, lo que nos lleva a ser más de Cristo y menos del mundo. Sí, lo que está por venir está profetizado, pero también la asistencia divina, y con humildad poseemos la certeza de que así será, porque Dios es Dios y nosotros somos sus hijos.

Amén.

Publicado en Luz de María de Bonilla, Mensajes.