Luz – Es importante que conozcas el Antiguo Testamento

Nuestro Señor Jesucristo para Luz de María de Bonilla el 29 de octubre de 2022:

Amado pueblo Mío, pueblo de Mi Sagrado Corazón:

te bendigo con fe...

te bendigo con esperanza...

te bendigo con caridad...

Estáis viviendo en guerra espiritual: la guerra entre el bien y el mal, la guerra por las almas, por vuestras almas. Vosotros sois parte de la humanidad y de la historia de la salvación, por tanto debéis ser conscientes de los intensos tiempos que estáis viviendo y no permitir que pase desapercibido el cambio espiritual que debe prevalecer en este tiempo. Es importante que conozcas el Antiguo Testamento para que lo que está pasando en este momento no te resulte extraño.

Sed conscientes del milagro de amor de Mi Presencia Real en el Alimento Eucarístico y en Mi pueblo, a quien protejo. Algunos de Mis hijos poseen una gran capacidad intelectual, pero no luchan contra su ego personal para transformarse en criaturas de fe, amor, bondad, serenidad, consuelo y caridad para con sus semejantes, tan necesarios en este momento crítico de la vida en que os encontráis.

El clima mantiene sus variaciones y su feroz acción en cada estación, lo que dará lugar al más cruel de los inviernos.

Oren hijos, oren por Rusia, Estados Unidos, Ucrania y China.

Oren hijos, oren por la India: sufrirá por la naturaleza.

Oren hijos, oren: los brazos harán que la humanidad se detenga.

 Oren hijos, oren: los volcanes aumentan su actividad.

 Oren hijos, oren: América Latina sufrirá; Sufro por eso. Defiende la fe, ora con el corazón.

Pueblo Mío, amado pueblo Mío, seréis sorprendidos por la repentina acción del uso de la energía nuclear, que hará que Yo actúe con Mi justicia. No permitiré que la raza humana se destruya a sí misma ni a la creación. ¡Despierta, no te duermas! ¡Despertad, hijos Míos! Mi Madre Santísima os tiene en su Corazón Inmaculado. Esta Madre que ama a sus hijos os da su aliento y su protección.

¡Pueblo mío: fe, fe, fe! Permanezco con vosotros, librándoos del mal; debeis permitirme hacerlo. Pedidlo con fe.

Rezar. Mi pueblo debe interceder por la humanidad. Mi amor permanece en cada uno de ustedes. Yo te protejo.

Tu jesus

 

Ave María purísima, concebida sin pecado

Ave María purísima, concebida sin pecado

Ave María purísima, concebida sin pecado

Comentario de Luz de María

Hermanos y hermanas:

Nuestro Señor nos da un mensaje muy importante. Él nos insta a un cambio completo de vida, a ser compasivos, misericordiosos, a ser amor, comprendiendo que nosotros mismos a veces causamos problemas por no cambiar, por no vernos a nosotros mismos, por aferrarnos a nuestro carácter fuerte, por ejemplo, la arrogancia espiritual, la falta de perdón, la envidia. , orgullo, imponernos a los demás, y otras cosas arraigadas que llevamos dentro y no soltamos.

Es urgente que entendamos que cuando le pedimos a Nuestro Señor que nos ayude a ser mejores, el cambio interior involucra nuestra responsabilidad y nuestra conciencia, según la medida en que nos apoderemos de nuestro ego y lo orientemos a ser más como Cristo, la medida en que nos esforzamos por dejar de imponernos a los demás, la medida en que nos volvemos más flexibles en el trato a nuestros hermanos y hermanas. No en términos de consentir y participar en el pecado, sino de lograr esa integración que nos lleva a saber vivir juntos y ser fraternos unos con otros. Para ello debemos entender que Nuestro Señor nos ayuda a ser mejores, pero que la responsabilidad es totalmente nuestra porque somos nosotros los que tenemos nuestro ego, y tenemos que conducirlo hacia el bien, hacia la fraternidad.

Nuestro Señor Jesucristo está presente en Su Cuerpo, Alma y Divinidad en la Sagrada Eucaristía, pero ¿comprendemos este milagro infinito de amor? ¿Estamos preparados para no negarlo? Porque Cristo ora por nosotros en todo momento para que no caigamos. El resto es nuestra responsabilidad.

Pueblo de Dios, esta guerra entre el bien y el mal, que no vemos, pero que está presente, nos llama a no perder el alma continuando en las distracciones del mundo, apegados a sus placeres. De esto se trata el cambio interior: de la conversión. No se trata de ver quién es más católico, sino de ser cada vez más criaturas de Dios, más humanas, más fraternas.

Si hemos estudiado el Antiguo Testamento, veremos cómo las naciones involucradas en la guerra en este momento, así como otras naciones que aún no lo están, han estado entre las muchas naciones que se han opuesto al plan de Dios, oponiéndose al mensaje del Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo, que predicó cómo conducirnos según la voluntad de Dios.

Esta es la historia de la salvación: el pueblo de Dios está experimentando lo que ha vivido en el pasado, obviamente de otra manera. Somos el pueblo de Dios que está en camino, por lo tanto también somos parte de la historia de la salvación.

Nuestro Señor Jesucristo nos asegura que intervendrá cuando su voluntad lo decida, porque no permitirá que hombres poderosos exterminen al resto de la humanidad, ni que acaben con la creación.

Lo que la Santísima Trinidad espera de nosotros es que le devolvamos la tierra que Dios nos legó y que se cumpla la voluntad de Dios como se cumple en el cielo. Es por esto que la intervención divina ocurrirá en esta generación para purificarnos, no con agua, sino con fuego. Por eso el fuego del Espíritu Santo nos aviva y mantendrá encendidas nuestras lámparas, si se lo permitimos.

Hermanos y hermanas, no retrocedamos en cuanto a participar en la fiesta pagana de Halloween, pero en ese día hagamos reparación y recordemos que no tenemos necesidad de atraer las diversas evocaciones de oscuridad que se encuentran en la Tierra.

 

Versión para imprimir, PDF y correo electrónico
Publicado en Luz de María de Bonilla.