Luz – La humanidad caerá en la desesperación

San Miguel Arcángel a Luz de María de Bonilla el 15 de mayo de 2022:

Amadísimos hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo: como Príncipe de las legiones celestiales, os bendigo. Los llamo a permanecer en oración, unidos a nuestro Rey y Señor Jesucristo ya nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos. Sigan con fe y temor ofendiendo a nuestro Rey y Señor Jesucristo. Miedo a fallar en el amor y la caridad. Miedo de que se seque en vosotros el agua fresca que alimenta la fraternidad. Sólo ayudándoos unos a otros podréis continuar en la unidad del Pueblo fiel, superando las adversidades, cada vez mayores.

Tienda de comida. Sé obediente y guarda provisiones. La comida escaseará en todo el mundo y la humanidad caerá en la desesperación. Tener previsión. Faltarán medicinas: estad preparados, y para ello habéis recibido de la Casa del Padre las indicaciones que os son indispensables para combatir las enfermedades con el fruto de la naturaleza. (1) Estás en la gran tribulación. Mantened una fe firme para que no sucumbáis cuando llegue la más cruel de las persecuciones para el Pueblo fiel.

Continuad por el camino al que os ha llamado nuestro Rey y Señor Jesucristo, ofreciendo penitencia, oración, confesando los pecados que habéis cometido y alimentándoos del Cuerpo y Sangre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo. Den testimonio de que son verdaderos cristianos. Esperar una gran señal para convertirte puede llevarte a perder tu salvación. ¡Tener cuidado! No puedes imaginar el sufrimiento venidero. No tienes idea de lo que está por venir.

Esta luna roja activó volcanes antes de aparecer. Esta luna roja actúa especialmente sobre volcanes, fallas tectónicas y seres humanos. Debéis permanecer en paz para que vuestro espíritu no se turbe y debéis vivir sin rencor (cf. Lv 19), de lo contrario éste aumentará. Os llamo, pues, a convertiros ya no malgastar el momento presente en banalidades, porque si invertís vuestro tiempo en los asuntos del Cielo, el mismo Cielo os multiplicará el tiempo.

Si no oráis, no recibiréis el fruto y las gracias abundantes que el Espíritu divino derrama (cf. Rm 5, 5) sobre los que oran con el corazón. Es un momento duro el que estás pasando; no es fácil: sé prudente, sé prudente. No olvidéis que os llamo a la conversión: tenéis que convertir.

Orad por vuestros hermanos y hermanas que no buscan la conversión.

Los demonios están en la Tierra, tentándolos continuamente. Debéis luchar para limpiar vuestros pensamientos y mentes y para manteneros alejados del mal. Prepara lo que puedas preparar; el resto se multiplicará, pero prepárate ahora, antes de que no puedas hacerlo por falta de lo necesario. Te mantengo alerta. Como Pueblo de nuestro Rey y Señor Jesucristo no debéis dudar de la protección de los ejércitos celestiales, pues hemos sido enviados a custodiar al Pueblo de Dios. Nuestra Reina y Madre os ama y su Manto maternal os cubre constantemente. No tengas miedo de ser abandonado: estás protegido y estarás protegido en todo momento. No vaciléis en vuestra fe.

Los bendigo con la bendición que nuestro Rey y Señor Jesucristo tiene sobre Sus hijos.

 

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado
Dios te salve María, pura, concebida sin pecado
Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

 

Comentario de Luz de Maria

Hermanos y hermanas: San Miguel Arcángel, protector del Pueblo de Dios, nos llama a comprometernos prontamente a la conversión y nos reitera el peligro en que nos encontramos como humanidad a causa del conflicto armado que se desarrolla en este momento. Conflicto que a su vez generará escasez de alimentos y medicinas, llevando a parte del Pueblo de Dios a aceptar ser sellado a cambio de obtener lo necesario para sobrevivir. Por eso, San Miguel Arcángel nos exhorta a no perder la fe y nos recuerda que el Cielo nos ha dado indicaciones en cuanto al uso de las plantas medicinales para ayudarnos con las enfermedades y plagas y estar preparados para cuando no se disponga de medicamentos. Prestemos atención a los llamados del Cielo; seamos humildes. Bendigamos a nuestros hermanos y hermanas.
 
Amén.
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