Luz – Pide los Dones de Mi Espíritu en Ti…

Nuestro Señor Jesucristo para Luz de María de Bonilla el 27 de mayo:

Amados hijos, os bendigo. Vivid en fraternidad según Mi Voluntad. Debéis continuar vuestro camino en paz con vuestros hermanos y hermanas, llevando Mi amor dondequiera que vayáis. Los invito al verdadero arrepentimiento ya la confesión de sus pecados para que reciban la gracia de tener un amor mayor en este día tan especial: la Fiesta de Mi Espíritu Santo. [ 1 ]Reconociéndonos como templos del Espíritu Santo:

Para que podáis superar todo lo que estáis viviendo y todo lo que está por venir, necesitáis el fruto del amor, ese amor que va más allá de lo humano, ese amor que Mi Santo Espíritu derrama sobre Mis hijos ante la calamidades y para que no se desesperen. El amor de Mi Espíritu Santo os librará de la desesperación, siendo firmes y manteniendo la fe en Mí. Pedid constantemente los dones de Mi Santo Espíritu dentro de vosotros. es necesario que los poseáis y seáis dignos de tan grandes tesoros:

El don de la sabiduría

El don de la comprensión

El don del consejo

El don de la fortaleza

El don del conocimiento

El don de la piedad

El don del temor de Dios

Debéis trabajar y actuar en mi Voluntad, siendo observadores de mi Ley, llevando una vida digna y viviendo dignamente. De los dones de Mi Santo Espíritu vienen los frutos necesarios para una vida justa, siendo plenamente conscientes de que sin Mí, no sois nada. Estos son:

Amor, que os lleva a la caridad, a vivir plenamente la fraternidad y al cumplimiento del Primer Mandamiento.

Alegría, como el gozo del alma sobre todo os confirma que Conmigo no hay miedos.

La paz es el resultado para aquellos que se entregan a Mi Voluntad y viven seguros bajo Mi protección, a pesar de la vida terrena. 

La paciencia es de quien no se deja perturbar por las adversidades de la vida ni por las tentaciones, sino que vive en total armonía con el prójimo.

Longanimidad. Saber esperar Mi Providencia, aun cuando todo parezca imposible, os proporciona generosidad.

Amabilidad: la posee la persona amable y gentil, que mantiene la dulzura en su trato con los demás.

La bondad siempre beneficia al prójimo. En los que tienen bondad, el servicio a sus hermanos es constante, a Mi semejanza.

La mansedumbre te mantiene ecuánime; es un verdadero freno a la ira ya la ira; no tolera la injusticia, no permite la venganza ni el rencor.

La fidelidad da testimonio de Mi presencia en la persona que Me es fiel hasta el final, viviendo de Mi amor, en la verdad.

Modestia: como templos de Mi Santo Espíritu, vivid con dignidad y decoro, dando a ese templo la dignidad necesaria para no entristecer a Mi Santo Espíritu.

Moderación: teniendo Mi Espíritu Santo, una persona tiene un alto grado de conciencia; la persona mantiene así el orden en sus obras y acciones, no deseando lo que no posee, siendo testigo del orden interior y controlando sus apetitos.

Castidad: como templos de Mi Santo Espíritu, estáis en verdadera fusión Conmigo; para esto debéis encomendaros a Mí, debilitando así no sólo los desórdenes de la carne, sino también el desorden interior que os lleva al desorden en vuestras obras y acciones.

Amados hijos, sean verdaderos testigos de Mi Espíritu, no a medias sino completamente. Oren, amados hijos, oren. volcanes [ 2 ]Sobre volcanes: rugirán y harán sufrir a Mis hijos, cambiando el clima en toda la tierra. Amados hijos, oren para que la presencia de Mi Santo Espíritu en plenitud en Mis hijos haga que el mal no penetre en la humanidad. Oren hijos Míos, un gran dolor vendrá sobre Mi Iglesia...

Oren hijos Míos, oren para que la humanidad confíe en Mí. Mi Espíritu Santo reina en cada uno de Mis hijos; a cada uno le toca acogerlo y obrar y obrar rectamente para que Él permanezca en vosotros. Permanecer en alerta espiritual. Os bendigo con Mi amor.

Comentario de Luz de Maria

Hermanos y hermanas, a la luz de tan grandes dones y frutos que Nuestro Señor Jesucristo nos destaca, debemos esforzarnos por alcanzarlos dignamente, no contentándonos con mirarlos de lejos, o viéndolos como algo inalcanzable: nuestra actitud es extremadamente importante. Mantengamos la conciencia de la necesidad de ser llenos del Espíritu Santo en la unidad de la Santísima Trinidad.

¡Ven, Espíritu Santo, ven!
Y desde tu hogar celestial
¡Derrama un rayo de luz divina!

¡Ven, Padre de los pobres!
¡Ven, fuente de toda nuestra tienda!
Ven, dentro de nuestros senos brillan.

Tú, de los consoladores el mejor;
Tú, el invitado más bienvenido del alma;
Dulce refresco aquí abajo;

En nuestro trabajo, descansa dulcísimo;
Frescura agradecida en el calor;
Consuelo en medio de la aflicción.

Oh bendita Luz divina,
Brilla dentro de estos corazones tuyos,
¡Y nuestro ser más íntimo se llena!

Donde no estás, no tenemos nada,
Nada bueno en acción o pensamiento,
Nada libre de la mancha del mal.

Sana nuestras heridas, renueva nuestras fuerzas;
Sobre nuestra sequedad derrama tu rocío;
Lava las manchas de la culpa:

Dobla el corazón y la voluntad obstinados;
Derretir el helado, calentar el frío;
Guía los pasos que se desvían.

Sobre los fieles, que adoran
Y te confieso, para siempre
En tu don séptuplo desciende;

Dales la recompensa segura de la virtud;
Dales tu salvación, Señor;
Regálales alegrías que nunca terminen. Amén.
Aleluya.

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Notas a pie de página

Publicado en Luz de María de Bonilla, Mensajes.