Mis queridos y amados hijitos, he estado orando con ustedes en este día de gracia. Hijos míos, los insto a vivir mis mensajes dados aquí, llevándolos al mundo. Hijos míos, los insto a volver a Dios, a amar a Dios sobre todas las cosas ya amar a cada uno de sus hermanos y hermanas. ¡Sed apóstoles del amor y la caridad! Los bendigo de corazón en el nombre de Dios que es Padre, de Dios que es Hijo, de Dios que es Espíritu de Amor. Amén. Los bendigo a todos con amor y los invito a permanecer bajo mi manto. Te beso… Adiós, hijos míos.
Publicado en Marco Ferrari, Mensajes.