

Queridos hijos, abran sus corazones a la Luz del Espíritu Santo, pues solo así podrán alcanzar la santidad. Busquen la luz del Señor y huyan de las tinieblas del pecado. No lo olviden: es en esta vida, y no en otra, donde deben dar testimonio de su fe. Antes de tomar cualquier decisión, oren pidiendo la luz del Espíritu Santo. Cuando son iluminados, todo se transforma en victoria. La humanidad se encamina hacia el abismo de la autodestrucción que los hombres han preparado con sus propias manos. Si desean la salvación, recuerden siempre: Dios está primero. ¡Ánimo! Rezaré a mi Jesús por ustedes. Este es el mensaje que les doy hoy en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reunirlos aquí una vez más. Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Publicado en Mensajes, pedro regis.