

Mis amados hijitos, he estado con vosotros en oración y he escuchado vuestras peticiones. Hijitos míos, Jesús os dice: “¡Pedid y se os dará, llamad y se os abrirá!”, pero hoy quiero recordaros que pidan y llamen con fe, pero pidiendo lo que os santifica, llamar por el bien de vuestras almas. Hijos míos, sed consecuentes con Su Palabra, estad confiados en Su amor. Hijos míos, no seáis gentes del mundo atraídas por modas pasajeras; ser testigos de la oración y de la caridad. Hijitos, cuando pidan y obtengan, recuerden ser agradecidos y no solo con palabras, sino con sus vidas y su testimonio. Os bendigo de corazón en el nombre de Dios que es Padre, Dios que es Hijo, Dios que es Espíritu de Amor. Amén. Gracias por tu presencia. Adiós, hijos míos.
Publicado en Marco Ferrari, Mensajes.