Nuestra señora a
el 1 de diciembre de 2021:
Hija mía, ¿ya no recuerdas lo que te pregunté la primera vez que hablé contigo? Te lo quiero recordar, hija mía: necesito tu sufrimiento - el mundo está cambiando y mis hijos podrían ser condenados si alguien de buena voluntad no me ayudara ofreciendo a mi Hijo su sufrimiento por la salvación de sus hermanos y hermanas más débiles y de los más desobedientes a la Palabra de Dios.
Lamento todo lo que estás sufriendo, pero te pido que no me abandones: eres de gran ayuda para mí. Te necesito, por lo tanto, continúa por el camino por el que comenzaste tu camino hace tantos años. No te puedo asegurar que a partir de hoy tu vida cambiará y que ya no tendrás que sufrir, pero te aseguro que en el sufrimiento estaré más cerca de ti y te sostendré. Necesitarás otras almas que me ayuden con la oración, pero también puedes ver lo difícil que es esto en estos momentos. Continuar [plural desde aquí hasta el final del mensaje] de pie cerca de mí; apóyame con tus Cenáculos de oración en estos últimos tiempos y te aseguro que no te arrepentirás.
Hoy te pido que te quedes cerca de mí: soy tu Madre, ¿cómo podrías vivir sin mi amor? De ahora en adelante ora y ayuna, ofrece tus sufrimientos por la salvación de tus seres queridos y de todos tus hermanos y hermanas incrédulos. Te amo mucho; Nunca te abandonaré. En estos últimos tiempos estaré aún más cerca de ti. Rezaré al Todopoderoso para que acorte su sufrimiento. Los tiempos se completarán y finalmente nos regocijaremos juntos en el amor de Dios.
Cree en mí: no te dejaré a merced del diablo. Te bendigo y seguiré defendiéndote en la tentación.