Queridos hijos, testifiquen de la verdad. Vives en una época de gran confusión, y solo aquellos que oren podrán soportar el peso de las pruebas. Sufro por lo que te llega. Te diriges hacia un futuro en el que pocos serán testigos de la fe. Muchos se retirarán por miedo y Mis pobres hijos caminarán como ciegos guiando a ciegos. No dejes para mañana lo que tienes que hacer. Dedica parte de tu tiempo a la oración. Ore mucho antes de la cruz. Pase lo que pase, no te desvíes del camino que te he señalado. No estas solo. Te amo y estaré a tu lado. Arrepiéntanse y sirvan al Señor fielmente. Deje que sus vidas hablen del Señor más que sus palabras. ¡Adelante sin miedo! Este es el mensaje que os doy hoy en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reunirlos aquí una vez más. Te bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Estar en paz.
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