Escritura: sobre la obediencia a una ley superior

Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, quien envió a su ángel para liberar a los siervos que confiaban en él; desobedecieron el mandato real y entregaron sus cuerpos en lugar de servir o adorar a cualquier dios que no fuera su propio Dios. (Primera lectura de la misa de hoy; Deut. 3)

Si permanecen en mi palabra, verdaderamente serán mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres ... En verdad, en verdad les digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Un esclavo no permanece en una casa para siempre, pero un hijo siempre permanece. Entonces, si el Hijo te libera, entonces serás verdaderamente libre. (Evangelio de hoy; Juan 8)

El  Catecismo de la Iglesia Católica enseña:

El ciudadano está obligado en conciencia a no seguir las directivas de las autoridades civiles cuando sean contrarias a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. Negarse a la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de una conciencia recta, encuentra su justificación en la distinción entre servir a Dios y servir a la comunidad política. "Dad, pues, al César lo que es del César, ya Dios lo que es de Dios".[ 1 ]Mt 22: 21 “Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres”:[ 2 ]Hechos 5:29

Cuando los ciudadanos están bajo la opresión de una autoridad pública que se extralimita en sus competencias, no deben negarse a dar o hacer lo que objetivamente les exige el bien común; pero les es legítimo defender sus propios derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de esta autoridad dentro de los límites de la ley natural y la ley del Evangelio. -norte. 2242

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1 Mt 22: 21
2 Hechos 5:29
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