Luz – Pasando de aberración en aberración…

La Santísima Virgen María para Luz de María de Bonilla el 13 de agosto:

Amados hijos de mi Inmaculado Corazón, os bendigo, os amo: sois mis hijos. Vengo nuevamente ante cada uno de ustedes, ante la humanidad, para entregarles la miel de mi amor maternal. Vengo a guiaros hacia mi divino Hijo. Vengo a despertaros de la somnolencia en la que miráis todo lo que sucede, sabiendo que el eje de la vida espiritual es mi divino Hijo y que sin mi divino Hijo no sois nada – y lo sabéis.

Los llamo a tomar la iniciativa, como hijos de mi divino Hijo, de orar en unidad, en fe y en abandono a la Voluntad del Padre. La humanidad, dominada por todo lo que llega al inconsciente, se ve superada por un sistema que tiene un objetivo, que es tener poder sobre los valores morales para socavar a cada ser humano.

Yendo de aberración en aberración, de sacrilegio en sacrilegio, de caída en caída, la humanidad está cada vez más cerca de experimentar su propia purificación. En medio de las enfermedades (1), de las nuevas regulaciones relativas a los viajes de un país a otro, de las continuas luchas y ataques entre países, la guerra está cobrando fuerza y ​​estallará.

Oren, hijos míos, oren; Ves la guerra como algo lejano, pero no lo está.

Oren, hijos míos, oren por Francia; ¡Oremos por África, es necesario!

Oren hijos míos, oren por Medio Oriente, la oración es necesaria.

Oren hijos míos, oren por la humanidad.

Amadísimos de mi Inmaculado Corazón, la Tercera Guerra Mundial (2) ocurrirá debido a la rebelión, la falta de conversión de la humanidad y el rechazo de mi divino Hijo. Tened la seguridad de que estáis en la recta final del cumplimiento de mis profecías. Sin espera, sin demora, convertíos ahora, hijos míos.

Las tinieblas van cubriendo la tierra, apagando las mentes, endureciendo los corazones, alzando voces contra mi divino Hijo, dividiendo a los familiares y alejándolos de Dios. Esta oscuridad es la oscuridad del diablo: él vino primero a algunos de Mis hijos, se apoderó de ellos, congeló sus sentimientos, los vació de amor y los inundó de intereses de todo tipo. (3)

Mi amado Ángel de la Paz (4) vendrá en auxilio de quienes le piden derrocar al diablo, alejarlo de los seres humanos que viven con corazones de piedra inundados por intereses materialistas y ajenos a vivir según la Voluntad de Mi. Hijo Divino. Esta oscuridad espiritual avanza junto al desánimo y el engaño, encontrando eco en las personas que carecen de Dios. Pidan en oración por la venida del amado Ángel de la Paz. Pidan en oración por ustedes mismos, resto fiel. ¡Arrepiéntanse, reparen, oren!

Os bendigo con mi amor. ¡Conversión, hijos míos, conversión!

Madre María

 

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

Dios te salve María, pura, concebida sin pecado

 

(1) Sobre enfermedades:

(2) Sobre la Tercera Guerra Mundial:

(3) Sobre las trampas del diablo:

(4) Sobre el Ángel de la Paz:

 

Comentario de Luz de Maria

Hermanos y hermanas,

Nuestra Madre Santísima nos llama a abrir nuestra mente y pensamiento para que no caigamos en la oscuridad de quienes, llenos de intereses mundanos, dejan a Dios en segundo lugar. Nuestra vida es Cristo, nuestra voluntad es la suya, y con esta certeza caminamos para que los intereses mundanos no prevalezcan sobre la Voluntad Divina. Sabiendo que somos criaturas de Dios, la primera persona a quien debemos glorificar es Dios, para dar testimonio de su amor.

Nuestra Madre insiste en la conversión porque el tiempo apremia. Son muchos los que no creen, y Nuestra Madre nos advierte nuevamente sobre el peligro que corremos como humanidad, previo a la temida Tercera Guerra Mundial. Ella nos llama a orar, porque la oración logra lo que las palabras, aunque sean de gran sabiduría, no pueden. Ella nos llama a orar, quizás porque eso es lo que saben hacer los humildes y sencillos de corazón. Hermanos y hermanas, atendiendo el llamado de Nuestra Madre:

 

Madre Santísima, tú nos miras desde lo alto,

y viendo la ingratitud de estos Tus hijos,

No desistes sino que llamas cuantas veces sea necesario.

 

Madre, tesoro del cielo, luz de la humanidad,

dame fuerzas para levantarme cuando caiga en el camino;

sabes que en lo más profundo de mí,

No deseo separarme de ti.

 

Madre misericordiosa, te suplico que

enséñame a vivir, descubriendo

que lo importante es

vive a semejanza de tu Divino,

sin miedo al mañana,

porque en ese mañana estarás a mi lado.

 

Me llenas de nuevo nacimiento,

con una nueva oportunidad de ser mejor.

 

Enséñame a ser humilde para que tu Hijo me reconozca.

Dame tu luz, Madre, que ilumina todo lo que tocas;

No quiero brillar ante el mundo,

pero quiero que tu luz me dé sabiduría para amar a mis semejantes;

y saber perdonar como tú.

 

Bendíceme, Madre, para que pueda seguir viviendo,

y de tu mano llévame a Jesús.

Amén.

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Publicado en Luz de María de Bonilla.