¡Mis amados hijos! Vengo a proteger tu regalo de una fe verdadera y viva. Te envío a San Miguel Arcángel para que te defienda y proteja. Ustedes fueron creados a imagen de Dios, son hijos de Dios, por lo tanto, no escuchen al espíritu maligno. Resístelo, porque en su orgullo y odio quiere que te parezcas a su espantosa imagen y quiere arrastrar tantas almas al infierno como sea posible. Reza el Santo Rosario conmigo todos los días. Juntos superaremos. Te amo sin medida. Te sumerjo en el amor del Corazón de Jesús y el mío.
¡Mis amados hijos! Veo la confusión y el sufrimiento del mundo entero, así como las cadenas que están listas para llegar aún más lejos en la libertad de los hijos de Dios. Por lo tanto, huye a mi protección con mayor confianza. Hijitos míos sencillos, hacéis bien en no depender de los poderosos de este mundo, sino sólo de vuestra fe y confianza en Dios. Rechaza toda forma de modernismo, que sofoca todo lo sagrado. Sea sencillo y humilde, rindiendo profundo respeto y homenaje al Dios Triuno. Junto a mí, con un corazón puro, recen el Santo Rosario todos los días, porque la batalla se intensifica. Ganarás conmigo. Te sumerjo en el amor del Corazón de Jesús y el mío.
¡Mis amados hijos! Hoy les hablo para animarlos a vivir el Evangelio y respetar y guardar las santas tradiciones católicas. Siga fielmente a mi Hijo y déjese animar por el ejemplo de la vida de los santos. No se comprometa con el mundo, sino que viva por fe en el Dios Triuno. Te bendigo y te sumerjo en el amor del Corazón de Jesús y el mío.
Publicado en Martín Gavenda, Mensajes.