Simona y Angela – Estad alerta

Nuestra Señora de Zaro di Ischia a Simona el 8 de enero de 2024:

Vi a Madre: estaba vestida toda de blanco, con una corona de doce estrellas en la cabeza y un amplio manto blanco que cubría también sus hombros y bajaba hasta sus pies descalzos, que estaban puestos sobre el mundo. La madre tenía los brazos abiertos en señal de bienvenida y en la mano derecha un largo rosario hecho como de gotas de hielo.

Que Jesucristo sea alabado.

“Mis queridos hijos, os amo con un amor inmenso. Hijos míos, vengo a vosotros para mostraros el camino, para conduciros a mi amado Jesús. Hijos míos, hace mucho que vengo entre vosotros, pero, ¡ay, hijos míos!, no me escucháis y muchas veces recurréis a magos, hechiceros, adivinos y hechiceros, que os llevan por caminos equivocados. Hijos míos, volved al Padre: no hay pecado que, confesado con arrepentimiento, no sea perdonado y cancelado. Regreso al Padre a través del sacramento de la Santa Confesión. Hijos míos, déjenme ayudarlos: tomen mi mano y los guiaré sanos y salvos a la casa del Padre. Hijos míos, orad, orad por el destino de este mundo; Hijitos, sólo en Cristo hay verdadero amor, verdadera paz, verdadera alegría, sólo Él puede daros la verdadera paz, sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Os amo, hijos míos, os amo y quiero que todos os salvéis. Hijos míos, orad y enseñad a otros a orar.

Ahora te doy mi santa bendición.

Gracias por haberte apresurado a llegar a mí.

Nuestra Señora de Zaro di Ischia a Angela el 8 de enero de 2024:

Esta tarde la Virgen María se apareció como Reina y Madre de todos los pueblos. Llevaba un vestido rosa muy claro; estaba envuelta en un manto grande y ancho de color azul verdoso, y el mismo manto también cubría su cabeza. La Virgen María tenía una corona de reina en la cabeza, tenía las manos juntas en oración y en sus manos un largo rosario sagrado, blanco como la luz. Ella también estaba bajo una luz deslumbrante. Sus pies estaban descalzos y colocados sobre el mundo [globo]. La Virgen tenía el rostro triste: sus ojos estaban llenos de lágrimas. La Madre deslizó parte de su manto sobre una parte del mundo, cubriéndola. El resto del mundo estaba envuelto en una gran nube gris.

A la derecha de la Virgen María estaba San Miguel Arcángel como un gran capitán.

Que Jesucristo sea alabado.

“Queridos hijos, gracias por haber respondido a este llamado mío, gracias por estar aquí.

Hijos, déjense envolver por mi luz, déjense envolver por mi amor, no tengan miedo.

Amados hijos, si todavía estoy aquí es porque los amo, estoy aquí por la inmensa Misericordia de Dios, que desea que cada uno de Sus hijos sea salvo.

Amados hijos, son tiempos de prueba y de dolor; Te esperan tiempos difíciles.

Hijitos, esta tarde os pido que recéis por la paz: paz en vuestros corazones, paz en vuestras familias, paz para esta humanidad cada vez más amenazada por el mal, cada vez más alejada del bien.

Queridos hijos, os pido oración: oración hecha con el corazón y no [sólo] con los labios.

Hijos, el rezo del Santo Rosario es una oración sencilla, pero es una oración fuerte, una oración poderosa.

Hijitos, orad sin cesar; sed perseverantes, pero sobre todo sed vigilantes, no os dejéis confundir por las falsas bellezas de este mundo.

Hijos míos, esta tarde os envuelvo nuevamente a todos en mi manto, miro vuestros corazones y veo que muchos de vosotros, a pesar de mi presencia, tenéis el corazón endurecido, el corazón herido.

Hijitos, entréguense a mí: estoy aquí para conducirlos a todos a Jesús, les muestro el camino pero no me escuchan.

¡Hija, ahora reza conmigo!”

Recé con la Virgen María: rezamos por la Iglesia y por el Vicario de Cristo. Mientras oraba con la Virgen, vi visiones pasar ante mí.

Entonces mamá empezó a hablar de nuevo.

“Niños, oren, oren, oren”.

Al concluir bendijo a todos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 
 
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