Valeria Copponi - Oveja sin pastor

Publicado el 8 de enero de 2020, de Valeria Copponi

María, enviada por el hijo:

Mis queridos hijos, hoy mi cenáculo se convierte en espíritu en mi Hijo. Recuerda que sin Él eres como ovejas sin pastor. Te traigo a Él y deseo que tus oraciones fluyan desde el corazón.

Lo sabes bien: para darle gloria al Creador, la oración debe ser fruto que nace del corazón. Sé siempre más consciente de que la palabra vacía no da fruto. Estoy cerca de ti sobre todo para enseñarte esta forma de oración.

Escucha lo que no es de este mundo si quieres conquistar el cielo. Si crees, verás la gloria de Dios y todos los santos harán una fiesta a tu regreso al Padre. ¿De qué servirá vivir unos días en la tierra en la alegría más desenfrenada solo para perder, entonces, la vida eterna?
En este momento son como locos, cada uno de ustedes piensa en diversiones que pueden llenar el vacío que rodea su vida. Pobres hijos míos, alcen los ojos al cielo y luego darán cuenta de sus límites.

Los quiero a todos conmigo. No decepciones mis expectativas. Su tierra está rechazando todo el mal que ha tenido que recibir de la raza humana y, por lo tanto, ¿cómo espera proveer para que todo vuelva a su lugar correcto?

Si tus rodillas no se doblan a la voluntad de Dios, ya no puedes tener la salvación eterna, la vida eterna. Mis cenáculos servirán precisamente para recuperar lo que has perdido a través de tu egoísmo.

Oren, queridos hijos, y les prometo que recuperarán todo lo que han perdido. Esté siempre listo para ofrecer buenas intenciones. Sé coherente en la fe. Viaje por el camino recto con la certeza de que solo así puede alcanzar la vida, la vida verdadera, lo que es eterno. Te bendigo. Escucha mi voz

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